sábado, 30 de enero de 2010

Ideas Budistas

La entonación de Nam-myoho-renge-kyo, denominada daimoku, es la práctica fundamental que llevan a cabo los miembros Budistas en 192 paises. A través de esta pràctica las personas pueden revelar la condición de Buda en su vida, que se experimenta como un estado de alegría, vitalidad, coraje, sabiduría y misericordia que se va desarrollando naturalmente, momento a momento, a traves de las horas de todos los días.
El Presidente de la Soka Gakkai afirma que esta práctica no es facil. Requiere de mucha determinación para cambiar nuestro estado de vida. "Si las cosas fueran fáciles, ¿dónde estaría el desafío?. Cuanto más complicado es llegar al triunfo, mayor es la dicha y la satisfacción que uno siente cuando lo consigue. Cuando las plantas se ven expuestas a vientos fuertes, las raices se vuelven más profundas. Sin desafío, las personas caen en la pereza y en la decadencia. La vida acaba siendo estéril y vacía. Y el vacío se traduce en sufrimiento.
La practica contínua de Nam-mioho-renge-kió nos conecta con la fuerza vital para encarar los obstáculos de nuestros caminos por esta vida. Para transmitir armonia en nuestro entorno.







lunes, 18 de enero de 2010

Breve Viaje en bondi.


Tulio y yo subimos al 5 despues de esperarlo casi quince minutos al rayo del sol. Allí nos presentamos, yo diciéndole que era Psicólogo Social y el me dice que no sabe quién es. Eso me hizo callar y escuchar atentamente lo que me relataba. A pesar del calor estaba vestido impecable, casi ni transpiraba. Habla moviendo las manos. Y despues de algunos detalles mínimos me dice lo mas profundo, o quizá era lo único que yo debia oir, o lo que tal vez le contaba a cualquiera que se encontraba por ahí. Algo así como que su madre jamás le presento ni le dijo quien era su padre. Y la disculpaba porque sus razones tendría. Pero lo mas sustancioso del relato fue que una noche siendo Tulio un niño de unos 7 u 8 años se despierta porque escucha una discusion de su madre con alguien y que no puede moverse de la cama porque era como esos sueños en que uno quiere moverse y no puede. Pero que en la mitad de la noche va al baño -como de costumbre- y la ve a su madre llorando desconsoladamente y "vaya a saber desde cuando". Que ella lo abraza fuerte y lo besa mucho mucho como si se fuera a ir de viaje. Y eso es todo, dice Tulio, por eso quiero saber si yo estoy como para ir al Psicologo como me dice un vecino. Yo apenas puedo recuperarme del relato que fue tan sencillo y dulce y cruel al mismo tiempo y le digo que no, que no está loco. Y no se si le alcanzó porque el me saludo y se predispuso a bajarse. Y yo seguí dos o tres paradas más, pensando. A veces me viene esa imágen de Tulio, necesitando hablar, y yo lo escuché pero me queda la impresion y un poco de culpa por no haberme bajado con el y seguir diciendole que el no estaba loco, que a lo sumo es este mundo el que fabrica esos padres y esos hijos, y ahí recien entendí por que me decia que no sabía quien era.
Tulio tiene 87 años cuando me cuenta esta historia, me lleva 27.