
Mi humilde propuesta sería asombrarse, intercambiar ideas - aunque por momentos te parezcan un poco viejas - y que puedan ser pensadas de nuevo. Ponerlas "en cuestión". En otras palabras...: Construir un espacio "tierno" para contrarestar "lo cruel" que viene ofreciendo el sistema desde hace mucho. Desandar los significantes ya gastados para caminar otros senderos
jueves, 22 de diciembre de 2011
balance

domingo, 18 de septiembre de 2011
El Bambú Japonés

Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo transforma en no apto para impacientes: siembras la semilla, la abonas, y te ocupas de regarla constantemente.
Durante los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad,no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto que, un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles.
Sin embargo, durante el séptimo año, en un período de sólo seis semanas la planta de bambú crece ¡mas de 30 metros! ¿Tardó sólo seis semanas crecer? No, la verdad es que se tomó siete años y seis semanas en desarrollarse.
Durante los primeros siete años de aparente inactividad,este bambú estaba generando un complejo sistema de raícesque le permitirían sostener el crecimiento, que iba a tener después de siete años.
Sin embargo, en la vida cotidiana,muchas veces queremos encontrar soluciones rápidas y triunfos apresurados, sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno y que éste requiere tiempo. De igual manera, es necesario entender que en muchas ocasionesestaremos frente a situaciones en las que creemos que nada está sucediendo.
Y esto puede ser extremadamente frustrante. En esos momentos (que todos tenemos), recordar el ciclo de maduración del bambú japonés y aceptar que "en tanto no bajemos los brazos" ni abandonemos por no "ver" el resultado que esperamos, sí está sucediendo algo, dentro nuestro… Estamos creciendo, madurando.
Quienes no se dan por vencidos, van gradual e imperceptiblemente creando los hábitos y el temple que les permitirá sostener/se. Si no consigues lo que anhelas, no desesperes... quizá sólo estés echando raíces...
domingo, 14 de agosto de 2011
don "Salva"

Salvador luchó mucho para que no se abriera una calle donde estaban los libros. Y lo logro. Pero te cuento una sola de las tantas anécdotas que viví con ese andaluz que te hacía reír por cualquier cosa.
Vos te acercabas al puesto de el y había gente que se la pasaba horas hablando, revisando los ejemplares, tomando un café ( ya que el cafetero del parque paraba en su puesto ).
Bueno. Una tarde yo revisaba unos libros mientras don Salva conversaba con una señora. Le hablaba de su mascota. Que por culpa de su mascota se iba a tener que pasar esa noche en el parque. Que se iba a quedar sin dormir y juntando hormigas hasta el amanecer del día siguiente.Y obvio que la señora le pregunta inocentemente qué tipo de mascota.
Y él le contesta. Cómo que mascota... cómo que qué mascota. Mi oso hormiguero señora... que se cayó ayer de un camión jaula que venía de Australia justo aca en la calle Rosario donde estan los puestos de libros.Fíjese que lo vinieron a pedir del zoológico pero el me eligió a mí como su dueño y yo tambien me estoy encariñando.
Un oso hormiguero ! En serio... me lo esta diciendo en serio?
Es que mi oso hormiguero es cachorrito y come demasiado pero solo le gustan las hormigas coloradas sin antenas.Tiene que ver lo simpático que es.Lo más trabajoso no es buscar las hormigas, eso es sencillo, lo jodido es sacarle a cada una las antenas.
Y te lo decía serio. Serio. Acostumbrado a las tablas por eso de mantener la tensión de la cara de poquer para que el chiste tuviese efecto.
Había que estar cerca de esa escena y aguantar de reírse a las panzadas solo por ser cómplice de la humorada. Pero don Salva se lo merecía.Y despues , sin que se le mueva un músculo de la cara, agarraba una bolsa de residuos y una palita y le pedia a la señora que le cuidara el puesto.
Mentiras, aprovechaba para ir al baño que estaba cruzando la calle, en un barcito del que era cliente.
jueves, 28 de julio de 2011
Un tal Eduardo Galeano

¿Qué hace esa india Huichola que ésta por parir? Ella recuerda. Recuerda intensamente la noche de amor de donde viene el niño que va a nacer. Piensa en eso con toda la fuerza de su memoria y su alegría. Así el cuerpo se abre, feliz de la felicidad que tuvo, y entonces nace el buen huichol, que será digno de aquel goce que lo hizo.
Un buen huichol cuida su alma, su alumbrosa fuerza de vida, pero bien sabe que el alma es más pequeña que una hormiga y más sueva que un susurro, una cosa de nada, un airecito, y en cualquier descuido se puede perder.
Un muchacho tropieza y rueda sierra abajo y el alma se desprende y cae en la rodada, atada como estaba nomás que por hilo de seda de araña. Entonces el joven huichol se aturde, se enferma. Balbuceando llama al guardián de los cantos sagrados, el sacerdote hechicero.
¿Qué busca ese viejo indio escarbando la sierra? Recorre el rastro por donde el enfermo anduvo. Sube, muy en silencio, por entre las rocas filosas, explorando los ramajes, hoja por hoja, y bajo las piedritas. ¿Dónde se cayó la vida? ¿Dónde quedó asustada? Marcha lento y con los oídos muy abiertos, porque las almas perdidas lloran y a veces silban como la brisa.
Cuando encuentra el alma errante, el sacerdote hechicero la levanta en la punta de una pluma, la envuelve en un minúsculo copo de algodón y dentro de una cañita hueca la lleva de vuelta a su dueño, que no morirá.
* relato perteneciente a "Memoria del Fuego" Vol. II
lunes, 18 de julio de 2011
Feeling's 98
Te recuerdo que por aquellos días...
elegí ser pasajero de tu vida. Apuré mis pasos por alcanzarte. Te acompañé algunos tramos (y me sentí -digamos- cómodo de recorrer los mismos parajes. Qué placer llegar juntos ... a la misma estación. Qué emoción tomar tu mano para conversar.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . pero (siempre hay un pero)...
caí en la cuenta (un poco tarde) de que vos ibas en "primera" mientras yo "en clase turista" desde tu perspectiva. De que vos arribabas casi siempre a un lugar nuevo y yo al de siempre.
Vos: maquinista. Yo: vagabundo.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . así que (siempre hay un así que)...
en la curva menos pensada me animé y me tiré entre el follaje. Si. Te tomé distraída. Era imposible seguir rodando tus rieles. Soportandotraqueteos. Abrazandomeatucuerpo.
Sin tener decisión sobre mi destino.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Tal vez (es mejor que haya un tal vez)
desde la libertad volviera o volviese (lo que mas gustes) a SER aquel que alguna vez
admirasteperseguisteconquistaste
Ese que de vez en cuando (solo de vez en cuando)
te hacía detener el tren (de tus caprichos)
viernes, 8 de julio de 2011
Ultimo vagón
Ella, no sabe que él esta en el anden.
El, no sabe que ella esta en el último vagón.
Por cuestión de segundos, no se ven.
El, por encender un cigarrillo.
Ella, por atender un mensaje de texto.
Y el tren, que se pierde en la tarde.
sábado, 29 de enero de 2011
De viajes y andenes.

¿Será cierto eso de que "el verdadero viaje es el que todavía no hicimos"?